jueves, abril 28, 2005

A estrenar !!!

Hola qué tal? Al fin me he decidido a estrenar ese blog. Uno siempre quiere que la primera vez sea algo especial, espectacular, que quede muy bonito, lo mejor; sin embargo, las cosas suceden sin que uno pueda tener absoluto control de ellas, por lo que no salen como hubiéramos querido. Bueno, pues así pasó con este blog. Hacía ya un tiempo desde que me hice miembro y adquirí el mío, pero no encontraba o el tiempo suficiente o el momento adecuado para poner algo "relevante" en mi vida, así que pues ya un poco desesperado por estrenar esto, decidí compartirles esta experiencia que tuve el día de ayer.

Resulta que por mi falta de constancia y/o responsabilidad no tenía tiempo de hacer todas mis labores en el hospital donde "trabajo", así que sólo pude hacer una mínima parte y dejar todo listo para que hoy estuviera terminado. Por consiguiente me quedó un tiempo para ir a la escuela y preguntar sobre el trámite de la tesis que llevo postergando (tal vez inconscientemente) durante mucho tiempo. Ya iba de regreso a casa recordando los viejos tiempos escolares cuando me entró como que nostalgia y decidí seguir la ruta que seguía a diario esperando muy inocentemente encontrar a alguien conocido (ja, como si alguien de mis ahora excompañeros todavía estudiara ahí). El metro acababa de irse, por lo que mis posibilidades se reducían aún más. Me recargué en la pared a esperar que otro metro llegara y de repente noté una figurita muy atractiva. Por supuesto que la reconocí de inmediato. Era una compañera con la que no tuve mucho trato, pero que siempre llamó mucho mi atención. Estaba acompañada de otra muchacha que yo no conocía por lo que decidí no acercarme. El metro llegó y abordamos. Ellas se sentaron en la parte media del vagón y yo preferí un lugar más alejado, en la parte posterior. Sabía que ella bajaba en la misma estación que yo, pero como no podía verla debido a la posición de nuestros asientos, me entró curiosidad por saber si se bajaba antes. Afortunadamente todavía coincidimos, pero mi sorpresa fue que ella no me esperó al bajar a pesar de que cuando subimos sí me vió; por lo tanto me apuré a alcanzarla y saludarla.


OH!, Qué bella mujer!

Pensé decirle que se veía muy guapa, pero no me atreví; así que simplemente comenzamos a platicar de qué es lo que hemos hecho y cómo nos había ido en este tiempo. Abordamos el otro metro que nos llevaría a nuestro destino. Aunque la conversación no duró lo que me hubiera gustado, fue suficiente para no aburrirnos en el trayecto (no soy un buen conversador). Nuevamente bajamos en la misma estación (qué suerte que vivamos tan cerca, sólo que ella va para un lado y yo para el contrario). Nos despedimos (tristemente para mí) con el deseo de no perder contacto (lo que es muy difícil porque no tengo su número y no creo que ella tenga el mío). Y finalmente cada quién se dirigió a su respectivo hogar.

Aunque el encuentro haya durado sólo unos minutos, para mí fue algo muy agradable. Me puse a recordar las cosas que hacía por esta mujer, jeje. Ah, qué tiempos aquellos!